Polenta frita

Polenta frita

Aunque sea un plato originario de la cocina italiana, la polenta podemos encontrarla en muchos de los recetarios de diferentes países. La polenta puede ser preparada de muchas formas diferentes pero una de las formas más originales de prepararla es frita, una manera completamente diferente de degustar este plato.

Para su elaboración necesitamos estos ingredientes:

  • 300 gramos de polenta instantánea.
  • 600 mililitros de leche entera.
  • Una cucharada y media de mantequilla.
  • Sal y nuez moscada (a discreción)
  • Aceite de oliva virgen extra.

Aunque se puede hacer con la polenta tradicional, para esta receta hemos elegido polenta instantánea, la cual es mucho más fácil de hacer y el sabor es realmente delicioso.

Si elegimos la polenta tradicional tardaremos mucho más tiempo en hacerla dado que requiere bastante tiempo de cocción, aunque la elaboración es muy parecida.

Modo de elaboración

Comenzaremos poniendo la leche en una cazuela de tamaño medio, acompañada de la cucharada y media de mantequilla y cuando ésta comience a hervir retiraremos la cazuela del juego e incorporaremos la polenta instantánea, pimienta negra, sal y la nuez moscada al gusto, aunque siempre es mejor echar poco y después ir corrigiendo.

Mientras, vamos removiendo para facilitar que todos los ingredientes se mezclen y esperamos a que todos los ingredientes estén bien mezclados. Debe quedar todo hecho una masa muy espesa, algo que no nos costará demasiado tiempo.

Cuando ya tenemos la polenta bien cocida, la verteremos sobre una fuente o bandeja que previamente habremos engrasado con mantequilla o un poco de aceite para que no se nos pegue cuando se enfríe y se seque la polenta.

Hay que procurar que la masa quede bien estirada y con un grosor de aproximadamente un centímetro y medio más o menos, lo que nos dejará un tamaño ideal para poder freír la polenta más adelante. Cuando esté a temperatura ambiente llega el momento de dejarla reposar y la meteremos tapada con papal film en la nevera para que cuaje y enfríe.

Tras varias horas y conseguir que la polenta quede endurecida ya podremos comenzar a preparar el plato. La sacaremos de la nevera y la desmoldaremos sobre una base lisa.

Pondremos a calentar una sartén con abundante aceite y mientras adquiere temperatura iremos cortando la polenta en forma de bastones, los cuales iremos friendo hasta que queden dorados y crujientes.

Cuando estén listos los bastones de polenta los pondremos en una bandeja con papel absorbente para escurrir el aceite sobrante y ya se pueden servir para comer, acompañándola de cualquier salsa que nos guste.

Es una comida muy fácil de hacer, que gusta prácticamente a todo el mundo y que nos dará un gran aporte nutricional. En cuanto a la salsa podemos hacer la que más nos guste, siempre que no sean sabores demasiado fuertes.

Si es una salsa alioli hay que echare poco ajo o si es una salsa de tomate picante no echarle demasiado picor, aunque… esto depende de los gustos de cada uno. ¿Has probado la polenta así alguna vez?

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